A tres años de la Muerte de Raúl Alfonsín.
Posiblemente hoy vamos a leer o escuchar diversos aportes en la memoria de alguien que fue el principal protagonista en un tramo de la historia de nuestro país. Muchas las conocemos, otras no. Algunos la contarán de una forma y otros diferente. En ciertas cosas podremos estar más de acuerdo que en otras.-
Lo que va a ser único e indiscutible, es lo que cada uno sentimos cuando nos enteramos de su muerte, que sentíamos mientras protagonizaba la política, y lo que sentimos hoy en perspectiva.-
Hoy tengo ganas de compartir algunas cosas como humilde homenaje.-
¿Qué sentí hace 3 años?
Tristeza. Tristeza por muchas cosas, y por ninguna en particular; algunos sentimientos no tienen explicación.-
¿Qué sentía?
Respeto. Respeto por alguien que tenía la capacidad de atraer mi atención en sus discursos, logrando sacarme por momentos de mis preocupaciones cotidianas en épocas difíciles, muy difíciles. Épocas en que no tenía yo participación política. Hoy me doy cuenta que participando es más fácil tener ganas de escuchar un dirigente político.-
Admiración. Admiración a la capacidad de ubicar adecuadamente el valor de las instituciones, eso se vivía con la consideración que casi se palpaba hacia y desde el Congreso cada vez que lo visitaba. Fue un grande, un grande, grande, defendiendo sus ideas.-
Seguridad. Seguridad de ver como alguien con patriotismo se ponía al frente de los problemas, de los grandes problemas, defendiendo el interés común sin importarle el “costo político” que pudiera pagar.-
¿Qué siento?
Alegría. Alegría de haber vivido aquella etapa, hoy la democracia es tan natural..., hoy es difícil explicar que voté por primera vez cuando tenía 27 años, tengo alegría porque ya nadie tendrá que esperar tanto para poder votar.-
Hoy en su memoria y desde mi humilde perspectiva quiero pedirles que cada uno se tome un minuto de silencio y sepa clasificar enseñanzas positivas de don Raúl.-
